miércoles, 10 de septiembre de 2014

EL MAR Y EL CIELO

El mar azul, tranquilo, como un espejo que nos muestra lo que al otro lado acontece.

El cielo calmado, sin nubes, el reflejo de nuestros sentimientos, pensamientos y temores.

El mar son tus ojos. En ellos puedo ver un atisbo de esperanza, de miedo, de amor, de felicidad… Tan solo un atisbo, pues aunque me pierdo en su inmensidad cuando los miro, uno nunca puede saber cada detalle del cielo mirando el reflejo que deja en ese espejo de agua salada que llamamos mar.



El cielo eres tú, pero a veces me gustaría poder observarlo directamente, sin filtro, sin mar de por medio, sin nada que sirva de atenuante. Querría poder compartir mi cielo contigo, y que tú hicieras lo mismo, y así poder construir un cielo para los dos. Un cielo conjunto cuyo reflejo conocemos ambos… son las sonrisas, los besos, los abrazos, las caricias, la sensación de felicidad que recorre mi cuerpo cada vez que estoy a tu lado y que es como una corriente eléctrica que me embriaga… que hace que me sienta fuerte y vulnerable al mismo tiempo… que me hace sentir la persona más importante del mundo por un instante… que me hace sentirme día a día cada vez más locamente enamorado de ti. Pero el reflejo de ese cielo, por el mero hecho de ser un reflejo no cala tan hondo como lo haría el cielo en sí mismo… Por eso me encantaría compartir contigo mi cielo y que compartieras el tuyo conmigo. Llegar a conocerte igual de bien que te conoces a ti misma… Saber qué decir en cada momento para que sientas que soy tu alma gemela, saber lo que vas a pensar en todas y cada una de las situaciones para siempre elegir aquella que haga brotar de tus labios esa sonrisa que me iluminó desde el primer momento en que la vi.

Quiero que te abras del todo conmigo… que pierdas el miedo a hacerlo, porque si lo haces prometo cuidarte mejor que tú misma. Y yo quiero abrirme del todo contigo… perder los miedos, saber que si hacemos esto no seremos dos personas, si no solo una… y en el momento en que hagamos esto, los miedos desaparecerán, porque ambos sabremos que la única persona que estará ahí siempre, que hará todo para cuidarnos, que hará sentirnos bien con nosotros mismos, que nos amará y que actuará toda su vida para hacernos felices seremos nosotros mismos. Yo contigo y tú conmigo.



Sora, es una palabra, pero tú y yo sabemos su significado exacto. 

JCN